Brote de E. coli relacionado con zanahorias orgánicas: advertencia y prevención

Brote de E. coli relacionado con zanahorias orgánicas: advertencia y prevención

Un reciente brote de E. coli vinculado a varias marcas de zanahorias orgánicas envasadas mató al menos a una persona y provocó más de una docena de hospitalizaciones, según informes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. Ante esta situación, se recomienda a los consumidores que hayan adquirido estas zanahorias que eviten comerlas, procedan a su eliminación y limpien con agua caliente y jabón todas las superficies o utensilios que hayan estado en contacto con ellas.

La cepa de E. coli involucrada en este brote es O121:H19, una variante productora de toxina Shiga conocida como STEC. Este tipo de bacteria se ha relacionado anteriormente con otros brotes transmitidos por alimentos, como la carne molida y la lechuga romana. La toxina Shiga puede causar daños graves al penetrar en las células, provocando daños importantes en los tejidos.

Aunque muchas cepas de E. coli son inofensivas y desempeñan un papel positivo en la digestión, algunas pueden causar complicaciones de salud graves, como infecciones del tracto urinario, neumonía, sepsis y problemas renales graves, como el síndrome urémico hemolítico.

Cómo se transmite E. coli

La transmisión de E. coli generalmente ocurre a través del consumo de alimentos o agua contaminados con heces de animales infectados o por contacto con las heces de personas portadoras de la bacteria. Investigaciones anteriores han revelado que aproximadamente la mitad de los brotes de enfermedades transmitidas por alimentos relacionados con productos orgánicos se originan en cultivos agrícolas, lo que puede estar relacionado con las prácticas de cultivo utilizadas.

Para que los alimentos sean certificados como orgánicos por el Departamento de Agricultura de EE. UU., los productores deben abstenerse de utilizar sustancias prohibidas, incluidas las sintéticas, para el control de plagas y el manejo del suelo. Sin embargo, como dice el especialista en enfermedades infecciosas Dr. Nicole Iovine, las granjas orgánicas suelen tener menos supervisión que las convencionales. Muchas veces utilizan compost o estiércol en lugar de fertilizantes comerciales, lo que puede aumentar el riesgo de contaminación si no se maneja adecuadamente.

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Síntomas de la infección por E. coli

Los síntomas de la infección por E. coli pueden ser difíciles de identificar porque se parecen a los de otras enfermedades transmitidas por los alimentos. Los síntomas más comunes incluyen vómitos, diarrea y calambres abdominales, que generalmente ocurren de tres a cuatro días después de la exposición a la bacteria. Los niños pequeños y los ancianos son particularmente susceptibles a desarrollar infecciones graves.

La Dra. Leana Wen, médica de urgencias y profesora clínica, señala que la mayoría de las infecciones por E. coli se resuelven sin intervención médica, aunque los cuidados de apoyo, como la rehidratación, son esenciales. Se pueden recetar antibióticos en determinados casos, pero no siempre se recomiendan, especialmente en infecciones causadas por cepas como la O157:H7, donde pueden empeorar la enfermedad.

Los pacientes que desarrollen síntomas graves, como calambres abdominales intensos, diarrea con sangre o incapacidad para retener líquidos, deben buscar atención médica de inmediato.

Prevención de la infección por E. coli

Para minimizar el riesgo de infección por E. coli, es fundamental seguir las recomendaciones de los CDC. Esto incluye lavarse las manos con frecuencia, seguir prácticas seguras de manipulación de alimentos y lavar siempre las frutas y verduras antes de comerlas, incluso si el paquete dice que ya están limpias.

Dr. Iovine destaca la importancia de esta última medida. “Siempre hay que lavar las verduras. «Es la última oportunidad de eliminar las bacterias dañinas que puedan estar presentes», aconseja. Recomienda enjuagar los productos y pelar las verduras que tienen piel exterior, como las zanahorias, para reducir el riesgo de contaminación.

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Además, los CDC recomiendan consumir únicamente agua de fuentes seguras. Para actividades al aire libre como senderismo o acampada, es fundamental asegurarse de que el agua esté purificada antes de beberla y evitar tragar agua de fuentes naturales como lagos o estanques.

El brote de E. coli relacionado con las zanahorias orgánicas resalta la importancia de una supervisión adecuada de la seguridad alimentaria, especialmente de los productos que se consideran saludables y naturales. A medida que los consumidores se vuelven más conscientes de su dieta, es fundamental que también estén informados sobre los riesgos que implica.

La cooperación entre las autoridades sanitarias, los productores agrícolas y los consumidores es esencial para garantizar la seguridad alimentaria. La educación sobre prácticas de higiene y manipulación de alimentos puede ayudar a prevenir futuros brotes y proteger la salud pública.

Ante el aumento de las preocupaciones sobre la seguridad alimentaria, es imperativo que tanto las personas como las comunidades tomen medidas proactivas para reducir el riesgo de contaminación y garantizar que los alimentos que comemos sean seguros y saludables.

By Laura García

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